Fuimos al mar, somos del mar
Bañadas por unas finas gotas de agua de luz
alcanzamos la espuma de una ola
que nos transportó hacia otra galaxia.
Instaladas en el planeta rojo donde arden las pasiones,
nos transformaron en contempladoras de nuestros deseos.
Y en un claro de la arboleda, junto a las acacias doradas
nos consagraron como ofrenda, al astro de la noche.
Hilos de plata pendían de nuestros cuerpos rotos
“son los hijos de las hadas”, susurró, una voz celeste.
Mirad: ¡las mariposas no han muerto!.
Al décimo día renacieron los hijos de Selene.
Un soplo de luz se instaló en nuestros rostros cansados
Mientras una fuerza vital, nos envolvía de nuevo
la brisa invisible que mece los anhelos
espació nuestros sueños por el lago del bosque
Fuimos al mar, somos del mar.
1 comentario:
Poemas de la mar, poemas de Mar, poemas de navegar, poemas de luz, de olas, de reflejos, de espuma, de sal, de cuerpos marcados por la inmensidad, poemas, poemas, poemas...mar, amar, desear, toda la sexualidad de la mar encerrada en un cuerpo ¿sabes qué consecuencias puede tener eso? ¡la explosión! la sensación de que es placentero experimentar el hundimiento en la infinita trama de la propia inestabilidad humana...La conexión es total. En esos corazones marineros, en los que la marea ha ido marcando la pleamar, ahora descubrimos también las marcas de la bajada y allí están los restos de los muchos naufragios a los que hemos sobrevivido. Allí están... Es curioso cómo, ahora que analizamos esos despojos, la sensación es provocadora...de risa, de llanto, de placer, de satisfacción...es ahora desde la perspectiva del tiempo cuando realmente clasificamos esos terribles avatares que sólo nos provocaron en su día dolor.
Poemas de la mar. Qué grandísima inmensidad.
Agamenón
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