"Tengo una soledad tan concurrida que puedo organizarla como una procesión, por colores, tamaños y promesas; por épocas, por tacto y por sabor". Mario Benedetti
Sabores y colores o colores y sabores (el tacto vendría después. . .), algo así y por ese orden íbamos a vivir en Lisboa ¿recuerdas?, lo habrás olvidado. Tu olvido es ¡tan! apresurado. El mío también debería serlo, sin embargo es cansino y lento. . . "conformista" podríamos añadir, y martilleante como el cric- cric de un grillo.
Sabores y colores o colores y sabores (el tacto vendría después. . .), algo así y por ese orden íbamos a vivir en Lisboa ¿recuerdas?, lo habrás olvidado. Tu olvido es ¡tan! apresurado. El mío también debería serlo, sin embargo es cansino y lento. . . "conformista" podríamos añadir, y martilleante como el cric- cric de un grillo.
Mi olvido necesita poco para no olvidar: espiarte durante las noches de luna llena, buscar apresurada una fotografía que ya no existe porque la envié a la papelera (y vacié la papelera), evocar realidades lejanas, tan lejanas. . . que quizás solo fueron un sueño. . .
Promesas: tus promesas no son olvidos, porque no existieron; palabras que se dicen que no "dicen" nada. Y en la "nada" yo tejía mariposas de colores para volar con ellas por mundos infinitos. . . volé alto, volé bajo, al ras del mar por si habías naufragado, por las estrellas buscando tu luz. . .
Soledades, descubrí mil soledades en mitad de mi propio naufragio. . . entonces activé todas mis velas (a viento y a motor) para "recuperar" los espejismos de mi corazón. . . y en medio de este inmenso océano, me he dejado llevar al vaivén de las olas, respirando calma, suspirando mar, sonriendo al sol, esparciendo amor. . .
Lisboa. . . evocare mis sueños, cantaré un Fado cargado de nostalgias que luego extenderé muy suavemente por la orilla del río del olvido. . . vestiré de nuevo las alas de mariposa para bailar por el infinito, allá, donde el amor me lleve. . .
Imagen: Christian Sohloe |
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