domingo, 22 de septiembre de 2013

"TODO SE PUEDE OLVIDAR. . ."



Acertaste el día de mi cumpleaños con el CD de Jacques Brel. Hasta ahora no había  encontrado el tiempo necesario para "degustar" no solo la voz y la música, sobre todo la letra de estas canciones. . . 

Me ha venido a la mente el poema de una niña de quince años en donde expresa su dolor por la pérdida de un ser muy querido: 

   Dehacerme en el viento quisiera
   
  como las olas al chocar en las rocas.

  Quisiera deshacerme en la brisa

  como se dashace el perfume en las rosas.

  Huir de este mundo cobarde.
  
 Volar como un pájaro sobre el aire.
  
  Irme para dejar de amarte. . .

A veces, inventemos "sucedáneos" para suplir ciertas pérdidas, otras, la no aceptación de la realidad, nos produce un dolor ingrato que siempre, siempre, da igual la circunstancia, deberíamos evitar porque nos conduce a la "nada".

Vivir, esa es la respuesta. Vivir, soñar, amar. . . sin esperar nada, dejándonos llevar por los acontecimientos, dejándonos sorprender por lo inesperado, dejándonos fluir. . .

Igual que las espigas de trigo, las amapolas, brotan sobre el viento.
  

jueves, 12 de septiembre de 2013

AMAR





Amar el mar. Amar la luna. Amar el sol. Amar las nubes. Amar las flores. Amar la luz. Amar los pájaros. Amar las olas, amar el mar, de nuevo el/la mar. Amarte a ti. Amar la vida. Amar la inmensidad. . . amar, amar, amar. Es el verbo que más me gusta conjugar, sobre todo el infinitivo y el presente de indicativo en singular: "YO AMO". 

Hay miles de frases que hacen referencia al amor en todas sus formas, olores, colores y sabores. . . Amores fraternales, espirituales, bucólicos, carnales. . . sin embargo, la mejor forma de definirlo, no es a través de las palabras, el amor hay que sentirlo. Y el sentimiento solo se puede explicar con un gesto, una mirada, un "hacer sentir", transmitir, percibir. . .

Esta tarde, un poco antes de la puesta de sol, una bandada de flamencos rosados, sobrevoló mi casa. Me quedé extasiada contemplando algo que hasta ahora solo había visto en los documentales de televisión. 

Horas antes, llegaste tu con una caja de mis chocolates favoritos que acompañamos con un delicioso te de frutos del bosque y una larga y tranquila conversación.

Si retrocedo un poco, antes del desayuno, me desperté tranquila y relajada. Me costó conciliar el sueño, menuda semana. . .

"Balance de madrugada": los sueños, sueños son; los problemas no existen, solo "soluciones" La vida es un regalo y el amor lo es no solo para quien lo recibe, sobre todo es para quien lo da y para quien sabe percibir ese regalo. 

Por todo ello, hoy, digo: adieu, tristessebonjour, la joie.





lunes, 9 de septiembre de 2013

¡SONRÍA POR FAVOR!

Hace relativamente poco tiempo, se podía ver por las calles del centro de Jerez de la Frontera, a estudiantes universitarios con carteles  en la espalda con la leyenda: "se regalan abrazos". Los transeúntes, en principio, se quedaban perplejos, luego, se dejaban abrazar. 

Solemos, como viandantes, actuar como autómatas. Unas veces con la cabeza gacha, otras, con la mirada perdida mirando el vacío. Pocas veces nos paramos a contemplar la vida que fluye a nuestro alrededor. 

Hace unos días, una amiga de mi hija tratando un tema espinoso para mi, me recomendó: "sorpréndelos con tu mejor sonrisa. Tu sabes hacerlo, sonríes muy bien".  Entonces recordé una anécdota que me ocurrió en la caja de un supermercado. Reconocí a una antigua profesora. Comencé a darle explicaciones de quién era yo (no me había vuelto a ver desde niña). Ella, reaccionó enseguida y me dijo: "te he reconocido por tu sonrisa". Mi emotividad me dejó sin palabras. Nos abrazamos, reímos, lloramos. . . he cambiado mucho físicamente desde entonces. . . 

"Entonces",  al parecer, solía ir siempre con la sonrisa puesta.  Hay acontecimientos de la vida que van marcando y puliendo nuestro rostro dotándonos de "ese" aspecto de "seriedad" que a veces, desdibuja esa sonrisa limpia de nuestra niñez.

Hoy, mientras me ponía una crema hidratante en la cara, el rostro que reflejaba el espejo, dibujaba un cierto rictus de amargura. Inmediatamente abrí el cajón de la cómoda, hurgué hasta encontrar tu carta y muy despacio comencé a leerla. La escribiste hace diez años. Solo voy a transcribir un fragmento. ¡Dices cosas tan hermosas sobre mi!:

Eres una de las pocas mujeres que aún teniendo "una cierta edad" (¡que es broma!), se ha enfrentado al reto de hacer aquello, que por diversas circunstancias, de joven no pudo realizar. A esto añadir que eres una gran compañera, una gran amiga con la que se puede contar. Una mujer con el corazón tan grande que no le cabe en el pecho, y una señora con elegancia y con saber estar.

. . .  Echaré en falta tus historias, tus sonrisas, tus risas, tus consejos, tu escucha, tu simpatía, tu amabilidad, tu flexibilidad, tu apertura, tu cercanía. . . bueno, todo aquello que te hace ser tu. . . No se lo que nos deparará el futuro, si nos veremos a ver o no, si seguiremos en contacto o no, y por esto,  y para que sepas que has sido un gran referente para la que te escribe, te doy las gracias.

Gracias  a ti, Lourdes, me has devuelto la sonrisa. Intentaré sonreír todos los días, por ti y por toda esa gente maravillosa que conocimos en la universidad. No nos hemos vuelto a ver, pero quiero que sepas, ojos azules, que siempre, siempre, os llevo en mi corazón. 

PD: Universidad de San Vicente de Raspeig (Alicante)