viernes, 7 de diciembre de 2012

VIAJE A ÍTACA: A MIS HIJOS CON LOS QUE HE VIAJADO, HE CRECIDO Y ARRIBADO A OTROS PUERTOS. . .

Fotografías de Google
Mi particular travesía se inició cuando antes de cumplir cinco años, tú no habías nacido aún, en un tocadiscos de vinilo sonó una canción. Años más tarde, supe que aquella música y “esa” voz, eran de Melina Mercuri y su particular versión de: “Los chicos del Pireo”. No sabía nada sobre Grecia ya que entonces mi pequeño planeta en mi gran universo, eran la escuela, la iglesia, mi barrio, los vecinos, mis amigas, la familia. . .  Mi visión del mundo físico se reducía a mi entorno más cercano, sin embargo, algún tipo de intuición de naturaleza salvaje, me llevaba a explorar otros mundos y otras fantasías.
Cuarenta años después, posé mi mirada en un atardecer de ensueño en el famoso puerto griego. En una de sus típicas tabernas tomamos un riquísimo queso “Feta” al calor de otra música en la voz de Stratus Dionisiou.
Quizás entonces ya comencé a presentirte. En mi paseo por la Acrópolis supe que algunos estudiosos habían situado “Ítaca” en la actual Cádiz, “Monte Mérito” en San Fernando y “Fuente de Aretusa”  (Fuente Amarga), en Chiclana. Ya ves, ¿cosas del destino. . .?
En Cabo Sunion anclé mis velas blancas en el Templo de Poseidón y desde el ocaso de una vida, la mía, de nuevo las volví a desplegar para lanzarlas a través del viento desde este mar, hacia tu fantasía. Y ahora me pregunto: ¿me presentías ya. . . ?
Durante mi paseo por Micenas, cuando atravesé la “Puerta de los Leones”, un escalofrío me recorrió. Las ninfas juguetonas cosquilleaban en mi rostro tu nombre: Agamenón, Agamenón, Agamenón. . . 
Una extraña Sibila en el Oráculo de Delfos me separó del grupo y me llevó hacia el Santuario de la Pitonisa. En el centro del círculo posó sus manos sobre mi cabeza y sin decir palabras supe que me había iniciado hacia una dimensión donde la magia, haría presente otras realidades.
Las aguas turquesas del mar Egeo en la isla de Hydra, abrieron la urna en la que había permanecido atrapada durante tanto tiempo. Entonces comencé a reconstruirme antes de partir de nuevo.
 Desde Hélade, vestida de Afrodita salí a tu encuentro. Desnuda de alma y desnuda de cuerpo: celeste como Afrodita Urania; corpórea como Afrodita Pandemos. Atenea, en su cielo  del Olimpo,  sonrió feliz.
  
ÍTACA.   (fragmento del poma de K. Kaváfis)
Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca
debes rogar que el viaje sea largo,
lleno de peripecias, lleno de experiencias.
No has de temer ni a los Lestrigones ni a los Cíclopes,
ni la cólera del airado Posidón.
Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta
si tu pensamiento es elevado, si una exquisita
emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo


. . . Debes rogar que el viaje sea largo,

que sean muchos los días de verano;

que te vean arribar con gozo, alegremente,

a puertos que tú antes ignorabas.

. . .Mas no hagas con prisas tu camino;

mejor será que dure muchos años,

y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,

rico de cuanto habrás ganado en el camino

                                                                                       

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