Éramos mariposas
revoloteando por un jardín inventado
sobre una nube de cristal ¿Recuerdas...?
Construimos un paraíso perdido
mas allá de nuestra mente...
mas allá de nuestra mente...
No pertenecíamos a esta nave.
Procedíamos de una galaxia lejana
Nadie entendía nuestra locura.
¿Habría gente más cuerda que tú y que yo
-en aquellos breves - pero intensos momentos?
Galopábamos a la velocidad del viento
guiados por nuestra imaginación.
Cuán jóvenes y soñadores
de un mundo; de otros mundos,
de un sol; de otros soles.
Y un solo corazón compartido a dos
Nuestra casa eran las estrellas
y un manto de arena fina,
bañada por las olas,
la cama donde esparcíamos amor
No había silencios ni palabras
El canto del grillo nuestro ruiseñor
El lenguaje, nuestras miradas
Y el perfume, tu cuerpo y el mío
bañados por la luna
Fuimos, mariposas de alas rotas
pululando por un jardín inventado
encerrado en una urna de cristal
La mano amiga del destino
cambió el rumbo, y la brújula,
indicaba dos caminos distintos
que no debían volverse a encontrar
¿Dónde estás amor?
¿Fuiste un sueño, y acaso nuestros cuerpos
ni un instante, ni un solo instante se llegaron a rozar?
Mi locura me transporta por el aire,
hacia otras naves y otras nubes
EL eco, cual martillo, golpea y golpea
mientras susurra: “esta es tu realidad”
El aura de la mañana
ha despertado y zarandeado
el sueño infinito del que no querría despertar.
La luz que encandila mis sentidos
no deja que mi corazón respire.
Solo quiero paz, y acallar las voces “depredadoras”
que impiden alcanzar los sueños
para nunca, nunca jamás, despertar...
para nunca, nunca jamás, despertar...
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