¿Recuerdas aquellos hermosos días
junto al acantilado que conduce al mar?
Nuestro mar bañado por un sol ausente,
perdido entre viejas nubes teñidas de color naranja.
Jugamos a ser gaviotas volando hacia el infinito
Buscábamos un recóndito lugar.
Una isla perdida en el océano
para vivir nuestro “gran” amor.
El amor, cuan bella palabra, AMOR.
¿Fue un abismo el borde del precipicio
donde nos acurrucábamos?.
¿O una ola agresiva que nos zarandeó?.
El amor: ¿fue un sueño, una excusa inventada
para unir nuestros hermosos y jóvenes cuerpos
en un éxtasis sin fin en aquel amanecer rojo
junto a la hoguera encendida de la pasión?.
¿ O acaso fue la belleza del mar,
bajo un manto de estrellas
en la cala desierta, a la luz de la luna
perfumada de aromas de sal,
quien perturbo los sentidos,
y unió nuestros cuerpos desnudos
en una eterna, frágil y estentórea comunión?.
¿Recuerdas aquellos días,
abrazados desnudos junto a un mar infinito
perdidos entre la espuma de las olas
nuestros cuerpos ungidos con arena y sal?.
1 comentario:
Amiga mia, me alegro y te felicito por el blog. Hermoso poema.
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