miércoles, 1 de marzo de 2017

ALICIA EN EL LABERINTO

Cuando Alicia descubrió la gruta que la llevaría al País de las Maravillas, había pasado casi cien años, danzando con el peluche equivocado. Entonces, quiso recuperar el tiempo perdido y se precipitó contra el foso de los errores. Ahí, tropezó (¡qué susto!) con una "chistera" gigante, tan grande como su cabezonería por querer regresar a su primer "Vals". Como había olvidado las pequeñas señales que conducen a la senda de las clarificaciones (en caso de confusión estrema) comenzó a girar por limbos intransitables de laberintos imposibles. 

Pasaron otros cien o ciento cincuenta años más, y Alicia, chistera tras chistera fue desgranado las claves de la "confusión extrema" para confundirse un poco más y continuar danzando en el tiempo de chisteras vacías. Los peluches, todo un misterio, debieron estraviarse, perderse, exiliarse o dejar de existir si es que existieron alguna vez... Aunque creo que Alicia, solo los imaginó, ya que no eran material "fungible", no, porque ella y solo ella, era su propio "proveedor".

Caminando y caminando en el tiempo, Alicia, regresó a "Sofía", el País de su propia Sabiduría, y observó (¡sorpresa!) que siempre, siempre, había estado ahí, que ella era la mejor bailarina del ballet, que los laberintos son transitables y que conducen hacia mundos que están por explorar y crear... "Resflexionó", y chistera en mano, comenzó a bailar la mas bella melodía, escenificada, compuesta y dirigida por ella misma, y ocurrió el "milagro": El foso de los errores quedó sepultado bajo un gran vendaval de pétalos de flores y Alicia, con un guiño, comenzó a sonreír al mundo...

Imagen: Google

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me encanta "Alicia en el laberinto"Es un escrito genial y me hace sentir tan identificada como nunca me había sentido .Gracias por regalarnos estas líneas y muchas más ..que siempre me han hecho disfrutar y sentirme bien..