domingo, 25 de diciembre de 2016

"25 DE DICIEMBRE FUN, FUN, FUN..."

Azul, todo era azul con alguna nube de algodón de azúcar (rosa, naturalmente) y tres luceros, tres, que brillaban "más" que el sol en un humilde establo allá en Belén. 

Había ovejas pastando y pastores con caras de asombro. Un río de papel de plata con patos estáticos. Paja en el pesebre y tres Majestuosos Magos llegados de Oriente y cargados de regalos... aunque no siempre "acertaban" con nuestros deseos:  el estuche con lápices de colores solo traía seis, la muñeca no era la misma que habíamos descrito en la carta a los Reyes (ignorábamos la existencia de papá Noel que tal vez hubiera sido algo más generoso) y la cocina con menaje completo para hacer "comiditas", se había convertido en un juego de café o de te.... un poco frustrante, si, pero para nada carente de ese halo de felicidad que solo la inocencia de la niñez es capaz de percibir, sentir y vivir. Porque entonces, los niños éramos simplemente niños, eternamente niños y a pesar de "esos" pequeños descubrimientos (que los "reyes" eran dos y no tres), la Magia de la Navidad seguía vigente en nuestros pequeños corazones de papel.

lunes, 5 de diciembre de 2016

"CAMINO BLANCO, VIEJO CAMINO,"

Hay canas en mi cabeza: hay en los prados escarcha: 
mas yo prosigo soñando, pobre, incurable sonámbula.
¡Astros y fuentes y flores!, no murmuréis de mis sueños:
sin ellos, ¿cómo admiraros ni cómo vivir sin ellos?  (Rosalía de Castro)

Caminamos bajo o sobre la lluvia en un paseo improvisado por Jerez de la Frontera. Un paseo por la vida en una noche de luna blanca, de bulerías y alegrías al compás de una zambomba. 

Sueños viejos con aires nuevos de ilusiones renovadas.... y la niña que fue, renace asomada a una ventana entre risas y sonrisas, degustando el "Ajo", aromatizado con una copa del buen vino de la tierra.

Con el amanecer, el camino se llena de espejos. Las nubes ceden el paso a un tímido azul celeste con toques de gris pastel. Dejamos los paraguas en reposo para empapamos de la luz, del color y del olor de la mañana.

La niñez, dulce como los pestiños, se instala de nuevo durante la visita a la exposición de Belenes... benditos sueños de alas de ángel.

Sí, ya se que la pobredumbre, el óxido, el barro, el llanto, la luna oscura, la tragedia, la ciénaga... también transitan nuestros caminos.

Mas hoy, estamos en Jerez: una voz rota, rompe el silencio... guitarras cantan y sueñan: almas viejas de corazón cansado y generoso, brillan en el ocaso de este atardecer.