martes, 27 de enero de 2015

ESPEJOS

Espejos: la vida es un gran espejo donde se asoma la "vida". 

El espejo, puede ser un espejismo, una realidad trucada, una constante emergente, el reflejo de un mar sin fondo, una escultura tallada, una novela en proceso, cicatrices varias. Figuras en movimiento, agua estancada, lágrimas desparramadas, universos finitos, una noria que cesa, unicornios hallados, ríos de lava en pausa. 

Hay espejos que callan, espejos que hablan. Espejos que mienten, espejos transformadores. Espejos que ignoran, que siembran dudas y cosechan vanidades. Espejos de horas en penumbra, sin significado, malgastadas, subastadas al peor postor. 

Los espejos de color turquesa se expanden hacia otros horizontes. Los espejos negros se ocultan entre colinas coralinas. Hay espejos de luz que se esconden tras cipreses de sombras alargadas. Espejos que fueron reflejo del escritor que ya no dibuja poemas. Espejos que muestran lo que fuimos y hemos dejado de ser: La vida sin retorno (contemplativa), contemplada desde pequeños oasis de soledades aisladas, de espejos azules, de mariposas blancas y atardeceres cobaltos.



Christian Snhloe
Fotografía: Google

viernes, 9 de enero de 2015

LA BELLEZA (IMPERFECTA) II

Enemigo de la guerra/y su reverso la medalla/no propuse otra batalla que librar el corazón. . . 

Míralos como reptiles,/al acecho de su presa/negociando en cada mesa/maquillaje de ocasión. . . (Luis Eduardo Aute)

Pedir disculpas debido a tu "imprudente" opinión y creencia (las creencias son difíciles de "modificar") y no estar dispuesto a ello de corazón, no me vale. Así que continúa con tu pensamiento que yo continuaré cultivando los míos. 
                                                                                                      
Ha sido, fue, una suerte haberte conocido. Tu "filosofía" sobre la "belleza" ha ampliado ese concepto que ya desde muy niña descubrí, valoré y disfruté en su sentido más extenso.

La belleza desdentada de amplia sonrisa de María, una de mis abuelas adoptivas. La luz y simpatía en la mirada celeste de aquella niña con "estrabismo".  La inteligencia de mi amigo de juegos que se negaba a crecer y se quedó "bajito".  El mechón de pelo conque don José (el cura), trataba de disimular su calvicie y que le despeinaba, alguna que otra vez, una ráfaga de viento. Los arrieros con sus burros transportando la caña de azúcar. Los pechos desparramados y blanditos de mi tía Rosalia cuando los liberaba del sujetador. El gesto siempre amable con el entrecejo arrugado del tío "Papavente".  Y hasta los gritos de enfado de mamá cuando quería "corregir" alguna de mis travesuras. 


Estas y otras, son las bellezas furtivas que jamás la retina de tus ojos,  y a pesar de  su buena visión, llegarías/ llegarás a captar. 


Es cierto que todos tenemos una edad. Tu también, aunque creo que lo has olvidado. Yo no, porque mi edad biológica nada tiene que ver con mi "otra" edad. La edad de la inocencia, de la ingenuidad, de la niñez. . . Sin embargo en según que cosas, y perdona que te lo diga, eres un "rancio". Tu montón de años acumulados (que son muchos. . .)  también huelen a rancio. 


Los "yogurines" tienen alma, ¿sabes?, pueden ser inteligentes, también tienen un corazón que late, y la frescura de una juventud que tu "ni" valoras. Solo ves la envoltura. Luego, pasa lo que pasa, diferencia generacional, cultural, y otros "al", que no estás dispuesto a "aceptar" ya que son tus gustos y preferencias, "lo" razonablemente sensato. Lo demás no es válido, solo la envoltura. . . 

Y me pregunto, ¿te has mirado al espejo? ¿has buceado alguna vez  en tu interior?. 


Amo la belleza imperfecta. Esa caricia de unos ojos de color indefinido que "presumen" de ser verdes. La sonrisa honesta de un adulto/niño. La "candidez" de una confidencia cargada de erotismo. El deseo imborrable de aquella vez que amé. Porque, ¿sabes?,  yo sí he amado y ni te imaginas cuanto. . . 


                                                   
                                                                                               
"Belleza con gato en proceso gripal"
Fotografía: Serezade


jueves, 1 de enero de 2015

ESTOS SERES EXTRAÑOS QUE POBLAMOS PLANETAS

Hay quien dice que me parezco físicamente a mi madre. Personas que la querían tanto, creen "ver" en mí a esa mujer amable que nos dejó prematuramente cuando yo apenas era una adolescente.  Creo que "también" me parezco a mi padre y no sabría decir que tanto por ciento genéticamente hablando, tengo de uno y de otra.

Una Chaman guatemalteca, durante una tarde increíble de conversación y sentimientos expuestos a una "guía" circunstancial, me habló de mis antepasados  y del gran legado que me habrían  transmitido de generación en generación. Un legado del que debía sentirme orgullosa. Una herencia de luz, fuerza y espiritualidad. 

Me aconsejó, para el día siguiente a primera hora de la mañana, que me diera un baño en las aguas del lago Atitlan (un lugar sagrado)  donde había residido una civilización aún mas antigua que los Mayas. 

Coincidencia o no,  a partir de este baño iniciático, comienza  un nuevo aprendizaje de vida que me lleva hacia una "reestructuración" de mi misma por mundos interiores  y "exteriores" en un cambio progresivo hacia la "libertad" y "liberación". 

La teoría de esta mujer sencilla y sabia me recordó la "memoria colectiva" de Carl Jung y la "reencarnación" de los budistas. ¿Quién no ha tenido la sensación de haber estado en un lugar determinado, anteriormente, cuando era la primera vez que estába en ese lugar?. También ocurre con los seres que la casualidad o la "causalidad" pone en nuestro camino (¿destino?). Un sentimiento extraño de amor, aceptación, comunión. . . hacia personas desconocidas con las que incluso a veces, no tenemos nada o casi nada en común.

Quizás debo ser una privilegiada cuando capto, intuyo, percibo. . . desde la cercanía   o la distancia (también puedo equivocarme), estos sentimientos de empatía, cariño, amistad, comprensión, bondad, amor. . . de personas, mis seres mas amados que dejan una huella imborrable en mi persona.

Hoy, desde mi paz, quiero agradecer y celebrar vuestra existencia en mi vida y esa sensación de habernos "encontrado" en vidas anteriores con la promesa de volvernos a amar en las sucesivas.

¡Feliz y próspero Año Nuevo!



"Reflexiones en voz baja"
Fotografía: Serezade