viernes, 14 de febrero de 2014

DON JOSE Vs KETÈLBEY





Hay huellas imborrables selladas en un pacto de silencio, huellas en la arena que se pierden mar adentro, huellas que conducen al abismo, huellas que no dejan huella. . . huellas que nos guían por senderos de luz, que dibujan surcos de sabiduría, que iluminan sonrisas, huellas. . .



Fotografía: Serezade





Mi niñez se desarrolló en un lugar donde los niños disponíamos de espacios para jugar, soñar, inventar, crear. . . donde la imaginación no tenía límites y la curiosidad por saber y aprender tampoco. He de decir que estábamos limitados por una serie de carencias debido a las circunstancias de la época,  a los límites geográficos y la imposibilidad de ampliar nuestro pequeño territorio comanche. 

No obstante y a pesar de lo cual, nuestra infancia transcurría feliz,  quizás debido a la ignorancia de que existían otros mundos, otras fronteras, o bien por el cariño y amor recibidos que superaba con creces todo lo demás. 

Don José,  párroco de la única iglesia del pueblo (creo que fue el último cura en usar sotana),  en nuestras fiestas de adolescentes nos prestaba el "tocadiscos" y algunos discos de vinilo. En su casa disponía de una biblioteca considerable, la mayoría de los libros eran de teología. Solía prestarnos, previa censura, alguna que otra novela "apta" para menores. Nos negó el acceso a los "místicos", creo que hizo bien, no teníamos ni la edad ni la formación suficiente para comprender y entender aquellas "divinas" palabras.

Entre los discos de marchas militares y procesionales, "Salve Marinera" y otros, a Don José, se le traspapeló uno del compositor Albert W. Ketèlbey. Esta música fue un regalo para nuestros oídos y nuestro corazón. Tan hermosas y "gráficas" melodías ampliaron las fronteras de nuestro pequeño mundo y colmaron de magia nuestra fantasía.

Hoy, día de AMOR me gusta recordar esta etapa de mi vida; gracias mamá que supiste rodearme de gente tan entrañable de la que aprendí, aprendimos a "ser",  a "crecer", a "valorar", a "amar" y a "aprender"  en un mundo que a pesar de sus dificultades, miserias y tristezas, la caída de la lluvia presagiaba un hermoso arcoiris, la nieve un paisaje de ensueño, las heladas, salvo alguna que otra caída, el espejo donde se miraba al cielo. Aprendimos a saborear los otoños fríos con sabor a membrillo y castañas asadas junto a la chimenea; a primaveras de "Corpus" con olor a incienso y flores que anunciaban un estallido de color melocotón, amapolas y trigo en los campos y todo el tiempo del mundo para jugar y soñar en aquellos largos, calurosos y cálidos veranos. . .


Hay huellas que nos guían por senderos de luz, que dibujan surcos de sabiduría, que iluminan sonrisas, huellas. . .

                                                                                                                                                               
                                                                                                                                   

domingo, 9 de febrero de 2014

SIN TITULO







                                                       
Domingo lluvioso con alerta "naranja" y cielo que no cesa de "desparramar" agua; menudo derroche de perlas de luz que corren apresuradas por el asfalto, humedecen la tierra, iluminan el verdor de los campos y ahora, en la noche, crean un halo luminoso, que se extiende más allá de mi horizonte.

La luna se esconde presurosa tras una nube de cristal pero su huella queda reflejada en el capó de un coche azul, aparcado en la carretera. El silencio abandona sus estancias para bailar al compás de un tres por cuatro interpretado por la lluvia

La fuerza de las olas extienden su eco hasta mis ventanas. El silbido del viento empuja y cimbrea las ramas y los troncos más débiles de arboles y arbustos en una fusión de elementos de naturaleza "salvaje" que reivindica su lugar en un mundo "domesticado" por el animal "humano".

jueves, 6 de febrero de 2014

POEMAS DE AMOR




"Fantasía para una Gentil Dama"
Fotografía: Serezade


"Hacer el amor": Las palabras que forman esta frase tienen, ¡tantas! connotaciones como "peces en el mar". Depende del sentido que cada uno de nosotros quiera otorgarle. Para muestra, algunos versos escogidos al azar de varios autores seleccionados aleatoriamente de  la vieja estantería que hace las veces de "biblioteca".

El poema de Rainer Maria Rilke, "Los Amantes", lo expresa así: 

Mira cómo han crecido muy cerca uno del otro:
en sus venas se vuelve todo espíritu.
Oscilan sus figuras como ejes
en torno a los que el giro es candente y arrastra.
Sienten sed y reciben de beber,
en vela están y, mira: también ven,
déjales sumergirse uno en el otro, 
para superarse uno en el otro.


Friedrich Nietzsche, "Declaración de Amor":

¡Oh pájaro Albatros!
Me incitas con eterno impulso hacia lo alto.
En ti pensé: y una lágrima
entre lágrimas vertí- ¡Sí, te amo!.

Pablo Neruda, "Agua Sexual":

Solamente es un soplo, más húmedo que el llanto,
un líquido, un sudor, un aceite sin nombre,
un movimiento agudo,
haciéndose, espesándose,
cae el agua,
a goterones lentos,
hacia su mar, hacia su seco océano, 
hacia su ola sin agua.

Vicente Aleixandre, "A ti, Viva":

Todo es sorpresa. El mundo destellando
siente que un mar de pronto está desnudo, trémulo,
que es ese pecho enfebrecido y ávido
que sólo pide el brillo de la luz.

Mirar tu cuerpo sin más luz que la tuya,
que su cercana música que concierta a las aves,
a las aguas, al bosque, a ese ligado latido
de este mundo absoluto que siento ahora en los labios.


 Bertolt Brecht,  (Lección de Amor): 

Pero chiquilla, te recomiendo/ algo de seducción en los crititos/ Carnal me gusta el alma/ y con alma la carne.



 Walt Whitman, (Hojas de hierba):



Clear and sweet is my soul. . . . and clear and sweet is all
 that is not my soul.
Lack one lacks both. . . . and the unseen is proved by the
 seen,
Till that becomes unseen and receives proof in its turn.

No he querido "entrar" en los místicos, me perdería en un mar de aguas coralinas, muy bellas, pero difíciles de navegar.

Rozar, tocar, acariciar, sentir, presentir "al otro" puede ser un acto  sublime que nos eleve hacia una dimensión en donde podemos apreciar, percibir, experimentar, presagiar. . .  a ese ser supremo que todos llevamos dentro.





PD: Entretenimiento para una tarde de lluvia