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Cascadas cristalinas se deslizan suavemente por mi ser. Lluvia translucida que limpia el cielo de nubarrones grises y dibuja colores sobre el azul.
A su paso, las nubes borran bocetos, retazos de ilusiones perdidas o mal halladas, semillas plantadas en tierra yerma; sueños de un día. De un día quizás equivocado. (¿Quién lo sabe?). Pinceladas difusas en ese inmenso lienzo que es la vida.
El tiempo. Si pudiéramos volver al pasado para rectificar con palabras los hechos que un día de neblina no supimos controlar. Controlar, y, ¿quién controla al "control"?. ¿Son obstáculos que nos traban y no sabemos dilucidar?. Yo diría que la vida es mucho mas simple, más sencilla y más hermosa. Está escrita en las estrellas, solo hay que seguir su huella para no equivocar el camino. Andar y caminar. . .
Es ¡tan difícil! no volver la vista atrás cuando los sentimientos son torrentes de luna llena que invaden nostalgias, ausencias, silencios y restos a la deriva de pequeños momentos de felicidad.
¿Habrá que invocar de nuevo al dios de la lluvia, hacer sonar los tambores, elevar nuestros cantos hasta el cielo. . .?
La lluvia es purificación y vida; esperanza de vida. Brotes nuevos que están a la espera de un poco de mimo y buena tierra donde fructificar. Es una cuestión de tiempo. La vida no espera, si se detiene, muere. El silencio es la muerte, la ausencia es la muerte, la huida es la muerte. . .
Solo quiero abrir los brazos, respirar profundo y abrazar la vida. Lluvia, lluvia, lluvia. . . translúcida y purificadora que dibuja colores sobre el azul.
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