Mayo: Uno de mis meses favoritos aunque en realidad todos lo son porque la vida es un milagro y estar viva y vivir los doce meses del año, cada con sus peculiaridades, también es un milagro.
Mayo es "especial" para mí. Celebro un año más de vida y agradecimientos: A las hormigas del jardín, las mariposas, los escarabajos, las salamandras, los pájaros, los mosquitos (porqué no) las flores, la hierva, las malas hiervas, los árboles, y otros seres diminutos y/o invisibles que habitan por aquí...
Celebro la amistad, el amor, el cariño, las vicisitudes que conlleva el día a día; las sorpresas "sorprendentes" y las sorpresas "desconcertantes"; las alegrías y ese rayo de luz surgiendo de la oscuridad para alimentar y nutrir nuestros días más ásperos.
Gratitud hacia esas personas buenas que nos acompañan en nuestro camino y nos regalan momentos especiales. Gratitud también para aquellas que estuvieron y continuaron su andar por otros caminos divergentes.
Y como bien dice uno de mis "amores eternos" en la voz de Joan Manuel Serrat: "Caminante, no hay camino/ se hace camino al andar/ Al andar se hace el camino/ y al volver la vista atrás/ se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar/ caminante no hay camino/ sino estelas en la mar"
En ello estamos: Caminando.
Para concluir el ciclo de celebraciones, agradecimientos y regalos de este mes de Mayo, algunos versos de "Canciones a Guiomar"
En el jardín te he soñado,
alto, Guiomar sobre el río,
jardín de un tiempo cerrado
con verjas de hierro frío.
Un ave insólita canta
en el almez dulcemente,
junto al agua viva y santa,
toda sed y toda fuente.
En ese jardín, Guiomar,
el mutuo jardín que inventan
dos corazones al par,
se funden y complementan
nuestras hora. Los racimos
de un sueño -juntos estamos-
en limpia copa exprimimos,
y el doble cuento olvidamos.
Por ti la mar ensaya olas y espumas,
y el iris, sobre el monte, otros colores,
y el faisan de la aurora canto y plumas,
y el búho de Minerva ojos mayores.
Por ti, ¡oh Guiomar!
(Don Antonio Machado)