viernes, 26 de julio de 2019

ENVOLVENTE

Noche cálida a la luz de un crepúsculo purpura, donde el viento de levante, ha desistido y apaciguando su fuerza, para dar paso a una brisa suave que envuelve los sentidos de notas musicales. 

La música de "Yiruma" (piano, piano...) se hace melodía para acompasar estas noches de Julio, perfumadas de brumas y recuerdos de azahares. 

Aunque la primavera ha quedado atrás, aún hay "parterres" en este precioso jardín cultivado con mimo y pasión, donde plantar hermosas flores que resplandecerán en Otoño.

Es tiempo de soledad.  De soledad elegida y compartida en mi propia compañía con el  murmullo del mar, las caricias de las olas y las luciérnagas que brillan en mi firmamento las noches de cielo raso, cuando las nubes, diluyen su pesar.

Ya no hay sombras escondidas en los rincones oscuros de la pervivencia. Los espejos no mienten ni confunden cuando reflejan, engañosos, soles que pertenecen a universos fingidos.

En esta canción de armonía, no hay cabida para letras desiguales de voces discordantes. La calma, no exenta de tormentas, vive en este pequeño país donde reina la sonrisa infantil de la niña que habita en mí.


"LA OSCURIDAD ES LA AUSENCIA DE LUZ"  (A. EINSTEIN)