sábado, 21 de julio de 2018

¿ALGUNA PREGUNTA...?

Al final de la primavera, en un espacio de "tiempo de nadie",  sin cuerpo físico (un espacio que separa la "frontera" de una estación a otra) se borraron los números que marcaban las horas y se desintegraron las manillas del reloj. 

La tierra dejó de girar, y el sol,  a medio gas, difuminaba sus rayos por el azul pardo y gris de un cielo opaco, que poco a poco, se iba transformando en una nube densa de color ceniza.

El silencio se hizo silencio. Después del primer estallido se paralizaron los sonidos. El tiempo quedó mudo. Se congelaron sus movimientos. 

La visión vidriosa de lo acontecido, quedó estática en un punto fijo. Un punto hacia la nada sin posibilidad de retorno. El "vacío" había inundado todos los canales por los que hasta entonces, había transcurrido la vida. 

Después del fuerte impacto me hice mil preguntas. Algunas, casi todas, tan cansinas y repetitivas, que iban taladrando heridas para hacerlas más profundas y sangrantes. Otras, no tenían sentido ni significado y todas, carecían de respuesta...

Yo iba a cumplir quince años. Mis primeros quince años de vida. Y a ti, el soplo de un mal viento te arrebató la tuya.

                 
                                                                     Sonó: "El silencio de Beethoven" 
                                                                     Autor e interprete: Ernesto Cortazar II
                                                                                 


martes, 3 de julio de 2018

¿SIN TÍTULO...?

Sin título... Buen inicio para comenzar un "inicio" que nunca comienza y un comienzo que nunca termina. Rueda de molino que gira y gira cuan universo inconcluso. 

Bocetos con aspiraciones de dibujo, trazados a lápiz, que un día soñaron con los colores del firmamento...

"Firmamento" que no es mas que una pequeña llama intermitente que pretende brillar en la oscuridad de la noche...

Noche dormida en silencios, caídos en el olvido, que el trueno de una tormenta lejana quisiera despertar de su ostracismo.

Ostracismo que no es otra cosa que el exilio interior, al que nos condenamos implacablemente, en la penumbra de un sol/sombra que quiere ver la luz y que ahogamos en la incertidumbre de la indecisión...

Indecisión que rota y rota en torno a nuestra área de confort... a la espera de que el destino, la suerte, los hados, los vientos alisios... nos regalen una vez mas, la vana ilusión de un nuevo comienzo... 


                                                    Sonó: "Sinfonía del Nuevo Mundo" (A. Dvorak)
                                                    Recomencemos...