sábado, 27 de octubre de 2012

¿MARIPOSA O CRISÁLIDA?

 Se confundió  y pensó que el purgatorio era el cielo. . . 

 Y se conformaba con poco a cambio de mucho. Ella es así de generosa. Había vivido una jornada de Ron y Rosas; de incienso y jazmín acompañados por unos bombones de "Lady Godiva" (sus favoritos)

Y se aferró a esa "nada" confiada, abriendo todos sus poros: los del cuerpo y los del alma. 

Y esperó a la luz y al calor de la chimenea  a que los días pasaran. Se reclutó y se convirtió en un ovillo (encerrada en sí misma) y esperando se hizo crisálida. 

Pasaron lunas y varios soles de invierno. Y un día, de repente, un colibrí comenzó a revolotear por entre sus nubes. La crisálida comenzó a bailar dentro de su cubículo: se había convertido en una hermosa mariposa. Y voló muy alto porque el cielo la estaba aguardando cuando comprendió que brillaba con luz propia y que en su interior aún reinaba su naturaleza salvaje. . .


                                          Puesto que ignoras lo que
                                     te reserva el mañana,
                                        esfuerzate por ser feliz
                                        hoy.
                                     Toma un cántaro de vino,
                                    sientate a la luz de la luna
                                     y bebe pensando en que mañana
                                    quizás la luna te busque
                                    inutilmente.
                                       
                  Omar khayyam (poeta persa  nacido a mediados del siglo Xl)

miércoles, 17 de octubre de 2012

UN PASEO POR LA VIDA: GRANADA


La magia se esconde agazapada en los rincones y  cuando menos te lo esperas, sale a tu encuentro para sorprenderte.

Sucedió ayer en la ciudad de la Alhambra. Julia salió temprano, le gusta madrugar  cuando está de visita en Granada; pasear por sus calles, sentir el bullicio de las primaras horas en las cafeterías,  en los comercios, en la gente que va y viene. Acelera el paso por la zona donde las gitanas "ofrecen" romero y echan la "buena ventura". Su mala o buena suerte depende de ella, de eso está segura, salvo acontecimientos "externos" que no pueda controlar.

El olor a nardos, en un puesto callejero de flores, traspasa sus sentidos. Se abraza a la imagen de bronce de Federico García Lorca. El sol de la mañana la abarca entera. Siente la calidez de una mirada. Las emociones comienzan a aflorar...
                                                                                

Fotigrafía: Serezade

Una música suena lejana; un quinteto de cuerda: los acordes de las melodías la absorben, su tiempo se detiene y absorta, casi pierde el sentido mientras la melodía la traslada por segundos hacia otro lugar en el tiempo. Unas lágrimas torrenciales la devuelven a la realidad, trata de disimular con las gafas de sol. Esfuerzo inútil, se esconde en un callejón próximo y el torrente es ya casi un sunami. . .  

Por la orilla del Darro llega hasta la iglesia de San Pedro y San Pablo. Una hermosa novia hace su entrada en esos momentos en el recinto. Algunos turistas japoneses disparan sus flases. Julia sonríe feliz. Unos metros más allá lee en un cartel: "poemas gratis". Ella, escoge uno al azar:
                                         
No es fácil encontrar tu mirada,
Fotografía: Serzade
No es fácil encontrar tus palabras,
No es fácil encontrarte.




Cuando llega al Paseo de los Tristes, ya es parte del paisaje, no siente su individualidad porque hay una perfecta comunión entre ella y el entorno: es hoja que flota suave al desprenderse de la rama,  sonido de agua que fluye río abajo,  el canto de un pájaro que expande sus trinos...

Desciende despacio por la Carrera del Darro hacia Plaza Nueva. Un grupo de músicos regala sus canciones a un público cada vez más numeroso. Frente a la iglesia de Santa Ana, varios pintores dibujan en sus lienzos la Torre de la Vela como fondo de un cuadro inacabado. Un paquistaní, transcribe tu nombre en árabe (en pergamino), por un módico precio.



Julia está feliz, se siente bien con ella misma. Esta mañana, antes de iniciar su paseo por la ciudad, ha enviado un E-mail. El nudo que sentía en el estomago y la garganta, ha comenzado a deshacerse.  Ella es así, actúa contra todo pronóstico y fuera del protocolo establecido. Un poeta callejero la ha abordado y mirándola a los ojos, le ha dicho: " respiras amor por todos tus poros".  Sonriendo, ha mirando al "loco" con ternura mientras repetía mentalmente: ¡ay!, loco, si tu supieras loco, si tu supieras...

  

lunes, 1 de octubre de 2012

OTOÑO

                                                                 
Anochecer sobre el Castillo de Sancti Petri
Fotografía: Aurora Márquez
     Otoño: la estación de los colores ocres en la que los árboles se desprenden de sus hojas; del mar turbulento y gris o azul sereno; de las tardes húmedas con olor a musgo y mañanas cálidas con sabor a bruma.
       El sol, poco a poco va perdiendo su apariencia, se difumina en colores naranjas y violetas. La luz del castillo, comienza a enviar su señal intermitente; juega a ser estrella, imagina que es un astro y sueña con la noche para parecer más brillante.
        Se escucha, débil, la calma de mar. Hoy las olas son un susurro que invita  a quietud, a sosiego, a paz.
        Las tormentas, son cosa de otros días, de otros mares, de otras lluvias de lejano pasado. . . 

       
Vuelo de gaviota sobre nube de cristal
Fotografía: Aurora Márquez



     


 Ella se mantiene quieta, casi estática. Sobrevuela y se eleva a merced del viento: Solitaria, sin cadenas, erguida sobre sus alas, diminuta, inadvertida. . . soñadora de sueños que ya no inventan amores que no existen.
       Sobrevive, aún respira porque hoy, siente la brisa más fresca. La vida que se acumula. El mar que continúa su ruta. Respira.
        Se columpia en el azul celeste y se mira en el oceano esmeralda. Desde arriba divisa sus fronteras que delimitan con ella misma y se extienden hasta el infinito.
        Selene se ha vestido de gaviota para volar más alto, abrazar las nubes, para sentir y celebrar, una vez más, la vida.
       
          


Me despojo de ataduras y de lastre. . . viajo. . .
navego. . . apoyo los codos en los surcos del mar,
bordeo las cordilleras. . . mis palmas abarcan
    continentes,
camino con la vista.   Walt Whitman (1819-1892)