Se confundió y pensó que el purgatorio era el cielo. . .
Y se conformaba con poco a cambio de mucho. Ella es así de generosa. Había vivido una jornada de Ron y Rosas; de incienso y jazmín acompañados por unos bombones de "Lady Godiva" (sus favoritos)
Y se aferró a esa "nada" confiada, abriendo todos sus poros: los del cuerpo y los del alma.
Y esperó a la luz y al calor de la chimenea a que los días pasaran. Se reclutó y se convirtió en un ovillo (encerrada en sí misma) y esperando se hizo crisálida.
Pasaron lunas y varios soles de invierno. Y un día, de repente, un colibrí comenzó a revolotear por entre sus nubes. La crisálida comenzó a bailar dentro de su cubículo: se había convertido en una hermosa mariposa. Y voló muy alto porque el cielo la estaba aguardando cuando comprendió que brillaba con luz propia y que en su interior aún reinaba su naturaleza salvaje. . .
Puesto que ignoras lo que
te reserva el mañana,
esfuerzate por ser feliz
hoy.
Toma un cántaro de vino,
sientate a la luz de la luna
y bebe pensando en que mañana
quizás la luna te busque
inutilmente.
Omar khayyam (poeta persa nacido a mediados del siglo Xl)